Manteca de jamón
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Yo solo vi a un niño malcriado y a una madre que lo apoya, es decir, más de lo mismo pero con una anécdota simpática. Que el niño sea musulmán y el motivo de la queja no me parecieron trascendentes, más allá del rubor que debieron sentir muchos miembros de la comunidad árabe, cuyos líderes calificaron la denuncia presentada por la madre de "soberana tontería", y de las molestias sufridas por el profesor, obligado a declarar ante un juez (espero, por lo menos, que el ayuntamiento de Trevélez le regale un jamón, porque yo, la próxima vez que vaya al Sur, a lo mejor, en vez de comprarme uno en Serón, me acerco a Granada).
La anécdota podría quedar ahí si no fuera porque al día siguiente, casi sin quererlo, mientras apoyaba mis codos en la barra del bar de un hospital, me vi envuelta en la polémica sobre el caso en uno de esos programas televisivos matutinos de gran audiencia nacional en los que los contertulios son expertos en todo y donde cada uno expone con virulencia su dogma de fe. Una, la más versada y respetada, defendía denodadamente al sufrido pimpollo frente a la poca pedagogía del profesor (sí, aunque los efluvios tabernarios me impedían el seguimiento total del acalorado debate, oí varía veces la referencia a la poca pedagogía del profesor, que, en vez de contestarle áridamente al atribulado alumno, debió tener en cuenta la sustancia mantecosa y etérea con la que están compuestos nuestros alumnos. ¿No sabe él acaso que los angelitos se han educado sin defensas ante la frustracción, el esfuerzo y la diversidad de pensamiento? Hagamos de un capricho infantil un problema nacional, crucifiquemos una vez más al maestro e interpongamos la justa denuncia cada vez nuestros hijos suelten una lágrima de cocodrilo en el colegio. Es la mejor manera de seguir desautorizando al profesor.
Yo, por si acaso, voy a aprovechar las vacaciones para aprender finlandés.
Comentarios
Yo también quiero felicitarle las fiestas, las vacaciones, el año nuevo...Muchos besos, Hortensia.
Carlota, eso también me pasó a mí alguna vez,... lo peor es que los padres no ponen mala cara cuando sus hijos ven en la tele auténticas "guarrerías".
Lo que me preocupa del caso es que, en vez de resolver el conflicto usando los cauces habituales del centro (tutoría, dirección) se interpusiera una denuncia. Creo que eso también se copia de la tele.
Felices fiestas a los dos.
Un abrazo.
Encantada de departir con vosotros, como siempre. Un besazo.