Ahora soy pobre
Del fotógrafo británico Lee Jeffries |
"Y ahora soy pobre". Estas palabras estuvieron dando vueltas por mi cabeza durante todo el día, errantes y vagabundas, sin hallar lugar donde guarecerse. Y es que hace frío, también en mi cabeza. Por la noche se acurrucaron en un resquicio, cerca del ojo, al lado de unos versos de Wislawa Szimborska ("Escucha/en mí late, desbocado, tu corazón").
"Y ahora soy pobre". Ella, una mujer rumana en las Noticias. Apenas veinte segundos de fama para ilustrar los estragos que la ola de frío causa en los más desfavorecidos, los que carecen de hogar, los sin techo. Sin techo, sin trabajo, sin familia, sin patria, pero con manta. "Antes tenía dos mantas" -mira con fijeza a la cámara, como los mendigos de Lee Jeffries- pero me robaron una. Y ahora soy pobre."
A eso llamo yo dar una buena lección. Ahora que, como el hombre que comía altramuces, nos toca llorar lo que hemos derrochado.
Y es que una manta cuando el frío acuchilla el alma es la mayor riqueza. Como el agua en el desierto, el pan de horno que sabe a pan, los zapatos que no hacen rozaduras, el paraguas con todas las varillas intactas, el lápiz con punta, el jarabe aunque sepa mal, la comida en la mesa a mediodía,la leña en la chimenea, el colchón con muelles, la habitación sin grietas, el edificio con ascensor, el autobús que lleva a la escuela, las farolas en la calle, la rueda sin pinchazos, las instrucciones legibles, la mano que impide la caída, la voz que saluda, la palmada que anima, la foto de los que ya no están, el regreso tras un largo viaje, el agua, el pan, los zapatos,el techo, ...la manta.
Comentarios
Carlota, ahora es el momento de despertar de la ceguera en la que nos sumergimos y empezar a valorar lo que de verdad importa.
Un abrazo para los dos.