Ismaíl Kadaré , 1º de ESO y la chica que se casó con una serpiente
Ilustración de Ana Juan |
Ismaíl Kadaré es un escritor albanés que me gusta mucho.
En sus novelas reflexiona con frecuencia sobre los acontecimientos históricos que han afectado a su país. Para ello, y sirviéndose de un cuidado lenguaje poético, sitúa con frecuencia a sus personajes en ambientes irreales y oníricos que sorprenden al lector. Una delicatessen no apta para el paladar betsellista. Pero sí para mis alumnos de 1º de ESO.
En Frías flores de marzo se incluye una hermosa y trágica leyenda protagonizada por una muchacha que, para expiar la culpa familiar, debe desposarse con una serpiente. La primera vez que la leí entendí que tendría que adaptarla o recortarla (procurando no hacerle mucho daño) para leerla en clase. Los de 1º de ESO han resultado ser especialmente receptivos a la lectura. Para ellos podé la historia de Kadaré cortando las ramas más altas, aquellas que coquetean con la lúcida reflexión, y me quedé con la silueta del árbol, que refleja lo que es sin mostrarlo completamente. Sólo puedo decirles que no respiraron mientras escuchaban la historia. Eso sí, no les gustó el final. Pero se están acostumbrando a la buena literatura.
Extrañamente, nadie recordaba la culpa en que había incurrido la familia o el clan de la muchacha. La terrible falta que sólo podía ser lavada con su sacrificio.
Cuando su padre la había llamado a la sala de los huéspedes para hablarle, ella había esperado cabizbaja la condena. Es severa, le había advertido el padre por segunda vez: cualquiera que sea, yo obedeceré padre. Había tomado la decisión de obedecer aunque se tratara de encerrarse en un convento, de casarse con un nonagenario, incluso de lo más aterrador: ser emparedada en los pilares del nuevo puente.
Estaba resuelta... Y sin embargo, cuando oyó pronunciar la sentencia se puso pálida como la cera. ¿Qué es lo que has dicho, padre? ¿Que debo desposarme con una serpiente? La esperanza de que hubiera oído mal se disipó al instante. En efecto, debía casarse realmente con una serpiente. No con un hombre al que hubieran adjudicado ese apelativo a causa de su felonía, de su aspecto o quién sabe qué otro motivo, sino con una verdadera serpiente.
Se llevaron a cabo pues las nupcias de acuerdo con los ritos, con la sola diferencia de que no fue la esposa quien hubo de trasladarse a casa del novio, sino el esposo quien fue conducido a la casa de la novia. Lo llevaron metido en una cesta colocada a lomos de un caballo. La noche cayó y la joven desposada, a la que ahora llamaban “la mujer de la serpiente”, fue conducida a la estancia nupcial donde él la esperaba.
Nadie en toda la aldea consiguió pegar ojo. Todo el mundo esperaba oír el grito de la desgracia. El de la novia mordida por su esposo. El grito de la familia que acababa de encontrar a la muchacha muerta.
Pero la noche trascurrió apaciblemente y de idéntico modo se levantó la aurora. Todos pudieron ver a la novia con aspecto adorable, exhibiendo aún en las mejillas y en el cabello las huellas de los afeites del día anterior, yendo y viniendo por la casa radiante de gozo. Sin lugar a dudas se había vuelto loca. SEGUIR LEYENDO
Ismaíl Kadaré, Frías flores de marzo (Alianza Literaria, traducido del albanés por Ramón Sánchez Lizarralde).
Comentarios
La historia completa (alrededor de 10 páginas del libro) con todos sus matices es realmente cautivadora. Si tienes ocasión, léela completa. Mis alumnos están acostumbrados a los finales felices (por eso, muchas veces, si la historia tiene un final trágico, se sienten decepcionados). Yo quiero conseguir que saboreen las historias, sin necesidad de subordinarlas exclusivamente al final. Por eso, me gusta leerles en voz alta. Ahora estamos con historias de amor trágicas(Píramo y Tisbe, Orfeo y Eurídice, Romeo y Julieta) y están enganchados. Me alegra que te guste y que la vayas a leer a tus alumnos.
Un abrazo.
Un abrazo.
Carlota, creo que el libro te gustará aunque su temática es bien diferente a la de la leyenda. Y sí, tenemos que educar el gusto de nuestros alumnos. Muchos han sucumbido y creen que lo importante es que lean, aunque sea mala literatura.Pues no, creo que, aunque la tarea sea lenta, al final serán los alumnos los que saldrán ganando. Solo hay que saber observar y no dejar que un buen fragmento se pierda.
Otro abrazo.