HOY NADIE SE ACORDARÁ DE SELMA
Verde niebla entre los árboles |
20 de noviembre. La
borrasca arrecia y la luz del amanecer pugna por abrirse paso entre nubes grises
esponjadas de humedad. Me gusta empezar el día con un café y las noticias del
mundo que se filtran entre ralladuras, vahos y demás efluvios publicitarios e interesados.
Dedico más de una hora a podar, a abrirme paso entre la maleza, a desdoblar
mensajes velados, a recomponer historias invisibles y a esquivar sin
miramientos a molestos duendes que, cual Peeves fastidioso, desvían mi
atención.
20 de noviembre. Muere, en
1910, León Tolstói, el viejo león, el conde que no haría rico ni a las grandes franquicias de ropa ni a las funerarias, el escritor infatigable que ahondó en
el alma humana y dio su vida por la escritura, el pedagogo revolucionario que
puso a los niños de Yásnaia Poliana en el mapa, y tantos logros y tantas
generosidades y tantas miserias más de ser humano de vida intensa.
Tumba de Tolstòi |
20 de noviembre. Hoy
nadie se acordará de Selma. Hoy habría cumplido 158 años. Como no goza de la indestructibilidad del latoso Peeves debemos
suponer que Selma hace tiempo ya que ha abandonado este mundo. Efectivamente,
Selma Lagerlöf falleció el 16 de mayo de 1940. Era sueca, pero no la sueca estereotipada que protagonizaría un
anuncio de la lotería si su nombre cayera en manos de los creativos de Leo
Burnett, ¡hay tanta maleza que atravesar!, ¡hay tantos dragones contra los que empuñar
la palabra y el pensamiento, que si Larra levantase la cabeza la perdería dos
veces!
Selma
Lagerlöf fue una escritora sueca, autora de un entrañable libro de aprendizaje: El maravilloso viaje de Nils Holgersson (publicado por
Anaya y, a día de hoy, posiblemente descatalogado). Pero es que además Selma
fue una de esas mujeres cuya vida es un ejemplo de coraje y resolución. Siendo
niña sufrió una displasia de cadera, lo que la obligó a pasar horas sentada. A
pesar de los pocos recursos económicos de su familia se esforzó para estudiar
una carrera universitaria. Fue una maestra excepcional, muy querida por sus alumnas. En 1909 recibe el Premio Nobel de Literatura. Es la
primera mujer que lo consigue. Dedicó gran parte de su
vida a la escritura pero también fue una mujer solidaria y combativa. Luchó
incansablemente por los derechos de la mujer. Ya en su vejez, en las cercanías de la Segunda Guerra Mundial
ayudó a muchos intelectuales que huían de la opresión nazi. Parece ser que subastó la medalla del Premio
Nobel para esa causa.
En 1894 había conocido a Sophie
Elkan, con quien convivió en pareja y a la que amaba profundamente, según se
desprende de las cartas que se enviaban.
¡Cómo no recordar hoy a
Selma!
Selma y Sophie |
Comentarios
La pena es que nadie se acordará de ella, ni de Nils. Pero ya poca gente se acuerda de nada ni de nadie , más allá de unos pocos años de antigüedad, en los propios blogs de literatura parece haber una carrera por las novedades, nunca he entendido la razón por la que los libros de más de 20 años parecen querer olvidarse o simplemente se desconocen del todo, tengo ejemplos masivos: pero es... ¿Ignorancia? ¿Desconocimiento¿ ¿Caer en las garras de la compra compulsiva de lo nuevo?
Sí, nadie recordará a Selma, pero nadie recuerda a Carson McCullers , a Iris Murdoch , a Wole Soyinka, a Alasdair Gray , a Sigrid Undset, a Lagerkvist ,a Osvaldo Soriano , a Max Aub , a Scorza, a Uwe Johnson , a Peter Handke , a Julien Gracq , a Michel Butor, a Jean Cocteau , a Jean Giono, a Alain Robbe-Grillet a... Selma Lagerlof... parece que desaparecidos de las novedades editoriales, ellos acabaron siendo pasto de lectores empedernidos y no vacilantes.
Ellos se lo pierden...:)
Un saludo
Comparto tu pesimismo rebelde. El consumismo ha inoculado su veneno etéreo también en los gustos literarios. Estamos abocados a un desenfreno de comprar para desechar y la literatura se ha convertido en un objeto más. En las librerías hay cada vez más libros visualmente hermosos, con portadas llamativas y títulos la mar de sugerentes. Proliferan las editoriales de nombres impactantes, títulos que te atrapan,... Pero la buena literatura no suele servirse en fastuoso traje. Creo que no podemos luchar contra ello, solo nos queda refugiarnos bajo la sombra de un árbol y leer, por ejemplo, El húsar en el tejado de Jean Giono. Ahora que lo nombras creo que su historia puede simbolizar el tiempo que vivimos.
Como anécdota contaré que hoy fui con mi hija pequeña a la biblioteca municipal. Buscaba un libro para aprender a dibujar manga. El bibliotecario le dijo que lo único que tenía era un libro un poco anticuado ya, ¡estaba publicado en el 2007! (la Antigüedad, que dirían mis alumnos).
Buenas noches. Un saludo.
Una persona que se acuerda de Selma.
Un abrazo.